VII

Nuestras cerámicas no contienen nada.
Soy sorda por vocación, pero reduce el ruido.
Parto de noche por esas rayas, y no vuelvo.
Por tus bifurcaciones, y los símbolos concéntricos.
Hablo de tus manos
quiero lamerte las manos
pero temo que agarren mi voz.
Es sólo una inquietud, pero actúa como un rayo
como unos dientes, como una silla.
Es una inquietud de vida, me habla con catatónicos mugidos
me hace descreer la palabra soportable.
Todo se aleja, permanezco sentada.