X

Todos mis amantes observan con mirada fija
el patio interior de luces.
Su seriedad ha atravesado mi carne,
huele a quemado.
Una grasa amarilla mancha el suelo.
Todos ellos asienten a la orquesta de cables e interruptores
alargan el brazo al unísono.
Su mirada invertida oculta sus órganos envueltos en humo.

Esperando la toxicidad,
prefiero observar el reflejo de mañana.
Porque cuando pueda mirarlo directamente
ya será ayer.
Y habré perdido.
Es mejor no mirar directamente a las cosas.